El agua es una de mis pasiones, me gusta la playa, el mar, bañarme, nadar y por supuesto, mojarme. Me chiflan los días en los que se, que acabaré mojándome de una u otra manera. Cuando voy por la calle pisando los charcos, saco al niño que llevo dentro. Me encanta cuando el agua de la lluvia se impregna en cada poro de mi piel y se introduce en mi cuerpo para limpiarme de todas aquellos y demonios y fantasmas que pueden anidar dentro de él. Es una sensación mística. No me importa llegar a casa empapado, porque la sensación de humedad es tan placentera y mágica que me hace sentirme como si fuera otra persona.
Se, que lo que voy a decir, puede sonar a locura, pero así lo siento de verdad. El hecho de que la lluvia caiga encima de mí, me permite tener la sensación de que alguna manera soy una especie de nexo de unión entre el cielo y la tierra. Me siento como si fuera un intermediario por el cual, el cielo está transmitiendo un mensaje a la tierra a través de mí. Es algo difícil de explicar y para las personas que no me conocen, pueden pensar que estoy mal de la cabeza, pero no me preocupa. Desde aquí quiero animar a todos a que hagan lo mismo, que un día salgan de casa lloviendo y sin paraguas y que dejen que la lluvia les empape totalmente. Llegarán a casa, calados, pero cuando se hayan secado del todo, vivirán una sensación diferente, como si estuvieran más relajados y posiblemente, vean los días de lluvia de otra manera.
Los días de lluvia oscurecen el cielo, lo esconden, nos quitan la luz y nos sumimos en oscuridad pero después de que haya pasado esa lluvia, el cielo se vuelve a iluminar y sale un grandioso y colorido arcoiris. ¿Acaso hay algo mejor que disfrutar de la luz tras verse sumido en la oscuridad. Yo creo que no.Creo que no sería capaz de vivir en un mundo, en el que no lloviera. Sentiría, que algo no va bien.
"La vida no se trata se sobrevivir a una tempestad, se trata de danzar bajo la lluvia" (Itoz)
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