Una vez más, me he desvelado. No es que sea frecuente en mí pero cuando lo hago me da mucha rabia, porque ya me cuesta a veces dormirme, para que encima lo haga mal y me despierte a mitad de la noche sin saber cuando me volverá a entrar el sueño. Ahora mismo, creo que ni tomándome un somnífero sería capaz de dormir plácidamente y eso que en dos horas tengo que estar despierto porque me espera una jornada ajetreada.
No sé vosotros, pero al menos yo, podría nombrar muchos de los motivos por los que me suelo desvelar. Aunque unos son más claros que otros, siempre parece que tienen algo en común y es, ese peso de la conciencia por algo que no hemos hecho bien (no quiere decir por eso, que nosotros seamos los culpables de ese acto, sino una situación que no hemos sabido manejar), por algo que ha ocurrido en nuestra vida y no hemos sabido o no hemos querido ver, por preocupaciones de la vida cotidiana que no dejan a nuestra mente descansar en paz y por una ansiedad manifiesta cuando algo importante en tu vida no te está saliendo como tu esperabas o imaginabas y tu mente intenta buscar soluciones pronto sin encontrarlas.
Muchos pueden ser que solucionen sus desvelos escuchando música, leyendo un libro, chateando por Internet o con técnicas de relajación. En mi caso, intento solucionar la situación, escribiendo sobre ello, para mí es como una terapia. Quizás, sacando a relucir como me encuentro, mi conciencia se siente satisfecha y me permite descansar un rato más, al menos hasta la hora justa en la que debería levantarme.
No sé vosotros, pero al menos yo, podría nombrar muchos de los motivos por los que me suelo desvelar. Aunque unos son más claros que otros, siempre parece que tienen algo en común y es, ese peso de la conciencia por algo que no hemos hecho bien (no quiere decir por eso, que nosotros seamos los culpables de ese acto, sino una situación que no hemos sabido manejar), por algo que ha ocurrido en nuestra vida y no hemos sabido o no hemos querido ver, por preocupaciones de la vida cotidiana que no dejan a nuestra mente descansar en paz y por una ansiedad manifiesta cuando algo importante en tu vida no te está saliendo como tu esperabas o imaginabas y tu mente intenta buscar soluciones pronto sin encontrarlas.
Muchos pueden ser que solucionen sus desvelos escuchando música, leyendo un libro, chateando por Internet o con técnicas de relajación. En mi caso, intento solucionar la situación, escribiendo sobre ello, para mí es como una terapia. Quizás, sacando a relucir como me encuentro, mi conciencia se siente satisfecha y me permite descansar un rato más, al menos hasta la hora justa en la que debería levantarme.
Yo, nunca he sido de dormir mucho, incluso cuando me he acostado tarde. Aún muriéndome del sueño y provocándome que no tuviera los cinco sentidos en activo, mi cuerpo nunca o casi nunca me ha pedido dormir más allá de las ocho horas diarias que todos los expertos consideran para un buen descanso de la mente y del cuerpo. Creo que han sido casos muy excepcionales, en los que he sido capaz de dormir nueve o diez horas , pero poco más. Me gustaría pensar que no voy a acabar como otros, teniendo que tomarme dos o tres pastillas todas las noches para poder dormir aunque sean cuatro o cinco horas al día. Soy enemigo total de las pastillas y solo pensar en eso me aterra.
Lo que no se si me aterra y por eso estoy donde estoy, es que esta noche he soñado dos veces que el perro doberman de una vecina venía siempre hacía mi y yo me tenía que encaramar a una valla para que no me mordiera y me hiciera picadillo. Lo más curioso, es que ninguna vecina de mi edificio tiene un perro de esa raza.
En fin, me dejo de desvaríos y voy a ver si consigo caer otra vez en brazos de Morfeo.
Que descansen.
Artículo escrito a las 6 de la mañana del día 25 de abril :)
Artículo escrito a las 6 de la mañana del día 25 de abril :)